¿ESTAMOS REALMENTE EXPUESTOS A INFECCIONES POR LEGIONELLA?

De vez en cuando, normalmente coincidiendo con la entrada estacional de primavera y otoño, podemos leer en prensa, o ver en televisión, alarmas por contagios de legionella. Debido a la baja frecuencia de noticias al respecto, podemos pensar que es una situación “rara”, y que realmente es muy difícil que aparezca, pero: ¿Es realmente así?

En realidad los casos aislados de infección por legionella son bastante frecuentes. Son los casos relacionados o agrupados, también llamados brotes, (estos son los que normalmente aparecen en los medios), los menos frecuentes. El contagio de legionella, depende de muchos factores- estado físico en que se encuentre la persona expuesta, multiplicación de la bacteria, posibilidad de dispersión en el aire…. Es decir, es común estar en contacto con la bacteria y dependiendo de las condiciones, unas personas se vean afectadas y otras no.

Tanto las fuentes ornamentales por las que transitamos hacía el trabajo, los sistemas de climatización donde se desarrolla nuestra jornada laboral, las duchas del gimnasio, o los pulverizadores de la terrazas de verano donde pasamos el tiempo libre, deben contar con un programa de control y prevención de legionelosis que de minimice el riesgo en nuestra actividad cotidiana.